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miércoles, octubre 13, 2010

You Win

Durante catorce años ha atormentado mis sueños. Cada ocho o diez meses, sin faltar jamás a su cita, se paseaba por mis mundos oníricos en un papel secundario o subrepticio que bastaba para dejarme sin aliento. Apenas aparecía unos segundos, decía unas pocas palabras a modo de saludo afligido y se iba, perdiéndose entre mis intrincadas creaciones subconscientes. Y yo debía sostener mi corazón con todo mi empeño para que no se partiera (demasiado) al despertar, cuando su efímera aparición nocturna cobraba un rol preponderante en la vigilia, tejiendo un manto de angustia que me perseguía por días y días. Siempre fue igual, sin importar cuántos años o personas pasaran por mi vida: cada vez que su figura se infiltraba, aun tan solo por un instante, en un sueño cualquiera, revitalizaba una pena que no podía ser curada ni olvidada.

Fue él quien me hizo sucumbir a lo más profundo en el último descenso a mis infiernos. El colosal oponente que no pude vencer, que me superaba ampliamente en todos los sentidos y sirvió de portal a mis abismos más recónditos y oscuros.

Anoche fue su día elegido para hacer su acostumbrada visita en mis sueños, pero nada de lo que pasó en los limbos de mi mente siguió rutina alguna. Fue personaje principal y fue él quien se acercó a mí por propia voluntad. Fue él quien buscó el momento de encontrarnos a solas, quien me guió a compartir un largo silencio de duelo y quien se inclinó a darme ese beso tan debido y relegado; la oportunidad nunca escrita para los dos que me marcaría por años. Y entonces... nada. Ninguna emoción de mi parte, ni éxtasis ni rechazo. Absolutamente nada. Tan sólo dejarlo suceder para que, al concluir la cuenta pendiente, yo simplemente le sonriera con languidez y me diera cuenta que tenía que irme, que alguien me esperaba. Corrí ansiosamente por calles ignotas hasta una puerta azul que abrí con enormes expectativas y, tras ella, estabas vos; radiante y sencillo, con tu sonrisa con hoyuelo y tus ojos del color del tiempo. Y mi alma se exaltó al verte y mi corazón se extasió al abandonarse en tus brazos. Luego el sueño continuó con otras revoltosas invenciones que ni me interesa recordar.

Desperté. Mi corazón no estaba reteniendo sus mitades con cinta scotch gastada, latía en pleno y renovado sin siquiera un rasguño. Mi sonrisa perforaba en las mejillas y una energía pura me propulsó fuera de la cama.
Primero recordé la emoción de haberte tenido en mis sueños, la calidez y seguridad de tu abrazo y me regodeé largamente en eso. Recién pasados largos minutos y el primer café de la mañana vino la memoria del otro participante del juego. Y me detuve en seco, dejé de tararear canciones y todo lo que estaba haciendo. Mi atormentador había pasado a hacer su visita acostumbrada pero ya no había penas, ni angustias, ni marcas imborrables. Noté incrédula que ni siquiera me había interesado el beso y supe que por fin era libre. Esta fue su última visita.

Y entonces comprendí.

Vos ganás.

En tus manos, finalmente, mi fantasma más antiguo y colosal ha muerto.



2 comentarios:

Nereidas-andresdeartabroblogpost,com dijo...

En mi blog aparece --siguiente blog , nunca hago clic. hoy el dedo clicó sin mi permiso y....
Apareces tú con tu sueño, perdiéndote en intrincadas creaciones dando vida a personaje de efímeras apariciones. despierta recuerdas emociones de us sueños.
Cuando sueñas vives y en un magnífico despertar, cuando vives sueñas

Precioso

Connita dijo...

Una de las contras de los beneficios de internet es que entre tanta opción y tanto link uno se pierde, o se agota de clickear... Pero a veces, cuando el día es propicio, un poco de navegación al azar puede revelar pequeños gustos nuevos ;)
Saludos Andrés y gracias por el comentario :)